1
- ¿Cómo definirías tu poesía? ¿En qué proporción su temática
y estilo surgen espontáneamente o son provocados?
No
soy yo quién para analizar mi propia poesía. En el momento en el
que la saco a la luz automáticamente le corto el cordón umbilical y
pertenece al lector. Aún así le puedo dar mi opinión como receptor
aventajado: es una poesía que nace de las entrañas, de los
profundos abismos del ser. Es existencialista por necesidad, ajusta
cuentas con la vida; pero lo hace con cierto distanciamiento irónico,
convirtiendo la experiencia poética en una experiencia objetiva que
navega por la conciencia colectiva. En ella se conjuga un 50% de
espontaneidad y su homónima parte de provocación.
2
- Así como los pintores de larga trayectoria se dice que pintan
siempre el mismo cuadro ¿Crees que el poeta que escribe
habitualmente está elaborando siempre el mismo poema? ¿Cuál es tu
caso?
Respondiendo
a la primera pregunta, es cierto que muchos poetas parecen estar
elaborando siempre el mismo poema, lo cual no resta para nada su
calidad.
En
mi caso, no lo creo. Cada poemario –e incluso cada poema- es una
aventura experimental y experiencial diferente. Eso no significa que
hayan temas y elementos formales que se reiteren: forman parte de tu
estilo propio y personal.
3
- ¿En qué modo crees que tu poesía sirve o puede servir como
terapia para tus lectores o para ti mismo/a?
Para
mí la poesía surge como una necesidad y, en este sentido, me puede
servir como terapia personal; mas no creo que esa tenga que ser su
verdadera función.
4
- ¿En qué modo el/la poeta debe, o no, tender a elaborar una poesía
de la totalidad?
La
poesía de la totalidad no existe. En esta máxima tiene su éxito y
también su propio fracaso la poesía de concepción romántica que
aspira a alcanzar lo absoluto. Aspiro más a una poesía de la
relatividad.
5
- Musicalidad (con o sin rima), contenido, lenguaje poético: ¿de
cuál de estos tres pilares podría deshacerse un poema e incluso
así, seguir teniendo calidad?
De
ninguno. Como bien dices, son los pilares esenciales de un buen
poema. La musicalidad y el ritmo – ya sean en verso regular, libre
o libérrimo- son fundamentales. Lo decía Verlaine: “De la musique
avant toute chose”. No se concibe una poesía sin ritmo, sin
cadencia, sin musicalidad. Ni siquiera la poesía más
voluntariamente prosaica puede prescindir de estos elementos.
Por
otro lado, un poema puede tener más o menos contenido, pero es
imposible una poesía que carezca de él, porque el material del que
está hecha –las palabras- está henchido de
significado y su referente es la vida.
6
- ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo,
corto? ¿Es el paradigma del buen poema, conseguir delegar en el
lector el mayor peso posible, a la hora de interpretarlo?
Supongo
que todo ello va con el estilo del que escribe. Yo sí tiendo a la
esencialidad, a la máxima difícil sencillez, a la sugerencia
explotada a través del lenguaje, más que a lo explícito y a lo
retórico. Pero, como ya he dicho, eso va en el estilo de cada uno.
También creo que el lector, al final, es quien hace el poema; y
cuanta más ampliación de límites de interpretación le dejes,
mayor riqueza tendrá el texto.
7
- ¿Favorece a la poesía actual la gran variedad de temáticas y la
ausencia de monolitos generacionales como los del 98 o 27?
No
creo que hubiera monolitos ni en la generación del 98 ni en la del
27. Al contrario, existía una gran variedad de temáticas y de
voces. Todas las generaciones son abstracciones críticas hechas,
generalmente, a posteriori.
El
panorama poético actual es muy complejo. Desde luego que no se puede
hablar de una generación monolita, sino todo lo contrario: hay
riqueza de tendencias y estilos, lo cual, pienso, es muy beneficioso
para la creación literaria. Después vendrán los críticos y, con
perspectiva histórica, valorarán.
8
- ¿En qué proporción el/la poeta deben vivir, más que escribir, o
viceversa, para alcanzar un nivel elevado de calidad y honestidad en
su creación?
Lo
decía perfectamente Lope de Vega:
¿Qué
no escriba decís, o que no viva?
Haced vos con mi amor que yo no sienta,
que yo haré con mi pluma que no escriba.
Haced vos con mi amor que yo no sienta,
que yo haré con mi pluma que no escriba.
Vida
y escritura son, para el verdadero escritor, la misma cosa.
9
- Cuando creas poemas, ¿en qué medida lo haces con afán
pedagógico?
La
poesía nace por necesidad, sin ninguna pretensión pedagógica. No
creo que mis poemas tengan un afán pedagógico. Ahora bien, otra
cosa es el uso pedagógico que se haga de ella.
10
- ¿Cuál crees que es la clave para hacer que un recital poético
sea atrayente(Música durante la recitación o entre poemas, cantidad
de poemas a leer, número de presentadores o lectores,
temporalización, cualquier otro complemento)?
La
clave está en los poemas. Si son buenos, no necesitan de elementos
complementarios. Ahora bien, si a ello le añadimos una buena
“performance” el éxito está asegurado. Lo digo, sobre todo,
para dar alcance a aquellos que no son consumidores habituales de
poesía.
11
– La famosa pregunta de escribir para uno mismo y/o para los demás.
Uno
escribe para sí mismo, en primera instancia. Pero después se da
cuenta de que el escribir para uno mismo es totalmente egoísta;
porque lo que uno escribe, aunque para él no signifique nada , para
el lector puede ser toda una revelación.
Yo
creo, como Rimbaud, en el poder vidente del poeta. Él es el único
que sabe –sin saberlo- dar respuestas, navegando en el
subconsciente colectivo, a nuestras más profundas preguntas
existenciales. El poeta es un demiurgo imperfecto, pero fiable.
12
– Mi pregunta personal a mí mismo:
¿Qué
función tiene actualmente la poesía?
Ya
dejé escrito en un poema que la poesía es un “arma descargada de
futuro para consumo onanista de unos pocos”. Después escribí en
un haiku que escribir es “matar el tiempo/
sin derramar más sangre/que la palabra”. Pues reniego de estas dos afirmaciones, creo que la poesía, habida cuenta de su alcance mediático, si se hace un buen –y racional- uso de ella puede cambiar el mundo. Nos puede hacer mejores personas, con autonomía de pensamiento crítico.
sin derramar más sangre/que la palabra”. Pues reniego de estas dos afirmaciones, creo que la poesía, habida cuenta de su alcance mediático, si se hace un buen –y racional- uso de ella puede cambiar el mundo. Nos puede hacer mejores personas, con autonomía de pensamiento crítico.
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