jueves, 31 de enero de 2019

Lo que opina David Acebes Sampedro

Contestaciones del poeta y ensayista David Acebes Sampedro a nuestra encuesta. Son intensas, sinceras y pensamos que muy instructivas.
También podéis ver aquí algunas direcciones sobre sus actividades literarias.

Los libros de David                                         Premio Liliput de narrativa infantil   
Entrevista en el Norte de Castilla                                 Recogiendo premio de poesía en Renedo


1 - ¿Cómo definirías tu poesía? ¿En qué proporción su temática y estilo surgen espontáneamente o son provocados?
     Siempre digo que mi poesía es una poesía de tipo intelectual. Para mí existen dos tipos de poesía; la poesía sentimental, que quiere expresar un sentimiento (ya sea este de tipo amoroso o social, por ejemplo), y la poesía intelectual, que es la que yo practico, cuya intención es la de expresar un pensamiento. En la poesía sentimental solo es necesario expresar dicho sentimiento, por lo que la mayoría de los poetas que practican este tipo de poesía en la actualidad lo hacen a través del verso libre, que es más espontáneo y directo (se expresa el sentimiento y ya está), mientras que la poesía intelectual, la que viene del intelecto, te exige unos límites previos (la métrica o la rima, entre otros) que condicionan tu estilo y, de cierta manera, también tu temática. Para mí, con cada poema que escribo, con cada décima o soneto que compongo, acometo un reto y cuando el estilo encaja más o menos bien con el pensamiento que se ha tratado de expresar diría que es un reto conseguido.

2 - Así como los pintores de larga trayectoria se dice que pintan siempre el mismo cuadro. ¿Crees que el poeta que escribe habitualmente está elaborando siempre el mismo poema? ¿Cuál es tu caso?
     Tengo muchos amigos poetas que tienen como referente a Francisco Brines y todos ellos hacen hincapié en esta idea. El gran poeta de Oliva siempre está escribiendo el mismo poema. A mí esta idea no me desagrada, pues imagino mi obra poética como un gran palimpsesto. Supongo que se debe a que uno nunca está contento con lo que escribe y el proceder de todo poeta que se precie es el de intentarlo otra vez, tachar lo escrito y sobrescribir de nuevo, hasta alcanzar, en suma, el poema perfecto. Obviamente, esto nunca sucede y corremos el peligro de vivir obsesionados con la «perfección». Sinceramente, prefiero olvidar lo escrito y empezar desde cero.

3 - ¿En qué modo crees que tu poesía sirve o puede servir como terapia para tus lectores o para ti mismo/a?
     Mi poesía no sirve como terapia. Diría que mi poesía es, como mucho, «reveladora». Creo, como Claudio Rodríguez, que la claridad siempre viene del cielo y que se puede encontrar en algunos poemas (no en todos, por supuesto). A lo que aspiro humildemente es a que el lector acepte el reto que yo le propongo y descubra el hecho poético que he tratado de encerrar en un determinado poema. Si el lector lo descubre es cuando podríamos decir que se ha producido una «revelación» y que el poema (que parte de la mente del autor y termina en la del lector) se ha completado.

4 - ¿En qué modo el/la poeta debe, o no, tender a elaborar una poesía de la totalidad?
     Como tendencia me parece bien, pero creo que la totalidad solo se alcanza a través de la suma de las partes. En mi caso, elaboro poéticas parciales (el amor hueco, la teoría de los ojos singulares, el deseo concebido como un espectro, etc.). Por el momento, no aspiro a más, pues entiendo que será una cuestión de tiempo el concluir más poéticas parciales que en conjunto se acerquen algún día a algo parecido a una poética de la totalidad.

5 - Musicalidad (con o sin rima), contenido, lenguaje poético: ¿de cuál de estos tres pilares podría deshacerse un poema e incluso así, seguir teniendo calidad?
Creo que la poesía es un don (nuevamente estoy citando a Claudio Rodríguez) y que admite todas las posibilidades. Soy un defensor de la rima, pues es un recurso que me caracteriza, pero ahora me interesan mucho más poetas como Heberto de Sysmo o Cleofé Campuzano que construyen sus poemas a partir del lenguaje. Aunque en sus poemas obviamente haya musicalidad y siempre tengan contenido, estos poetas -en la estela de Jaime Siles, por ejemplo- construyen sus poemas a partir de un determinado lenguaje, principalmente poético. Este afán de búsqueda me tiene fascinado...

6 - ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo, corto? ¿Es el paradigma del buen poema, conseguir delegar en el lector el mayor peso posible, a la hora de interpretarlo?
     En la actualidad, escribo poemas largos (últimamente casi todos tienen cien versos), pero los compongo a base de décimas (por tanto, podemos entender que escribo poemas largos de cien versos o que escribo poemas cortos de diez versos, que agrupo de diez en diez). Parece un tema baladí, pero no lo es. En mi caso, actúo de esta manera pues he hecho mío un consejo que aprendí de Borges. Al argentino le gustaba escribir sonetos porque decía que su brevedad le permitía llevarlos en la cabeza durante todo el día y darle vueltas al asunto. Yo hago lo mismo con mis décimas. Por las mañanas, cuando me levanto, suelo recibir la «claridad» del primer verso y luego durante el resto del día resuelvo el enigma que todo poema concita.

7 - ¿Favorece a la poesía actual la gran variedad de temáticas y la ausencia de monolitos generacionales como los del 98 o 27?
     Creo que sí. Por mi forma de ser, valoro mucho lo que yo no soy capaz de hacer, así que, cuanta más variedad haya, creo que es mejor para todos. Por otra parte, como escritor (como lector los grandes nombres de la generación del 98, del 14 o del 27 siempre están ahí) tengo mis propios referentes, compañeros a los que yo considero mis maestros pues de alguna forma están constantemente enseñándome cosas... Podría citar al zamorano Luis Ramos o a los vallisoletanos Boris Rozas, Santiago Redondo o Hernández Baruque, por ejemplo. De este último acabo de reseñar su último poemario 39 peldaños, que está compuesto por sextinas, que para mí ha sido todo un estímulo creativo...

8 - ¿En qué proporción el/la poeta deben vivir, más que escribir, o viceversa, para alcanzar un nivel elevado de calidad y honestidad en su creación?
    En mi caso, los conceptos de «vida» y «literatura» no están relacionados. Entiendo que los que practican la poesía sentimental necesitan vivir para sentir algo y después escribirlo. Para mí, en cambio, se trata más bien de pensar, y ese pensamiento no suele requerir un componente vital que lo preceda. Me refiero a que yo puedo crear una poética sobre el amor hueco (que está basado en la tesis del amor líquido de Bauman, por cierto), pero no necesito haber vivido un amor de este tipo. Simplemente, constato una realidad que me rodea y que intento plasmar poéticamente. Para ser sincero, diría que no necesito vivir (en el sentido de acumular experiencias) para escribir, me basta con que vivan otros para que yo lo vea y pueda transformar dichas vivencias en un pensamiento poético descifrable para todos.

9 - Cuando creas poemas, ¿en qué medida lo haces con afán pedagógico?
     Pues según me han dicho creo que en gran medida. Hace un par de años, como miembro del Colectivo DARt de Poesía Visual, participé en unas jornadas en homenaje a Claudio Rodríguez. Dentro del seminario que se llevo a cabo en Zamora, expuse -junto a los compañeros Atilano Sevillano y Rafael Marín- algunos poemas visuales que materializaban la obra poética del maestro zamorano. Pues bien, alguno de los asistentes criticó nuestro afán pedagógico, a lo que yo respondí que si con mis poemas visuales lograba captar la atención de los jóvenes o de personas que no conocieran la obra de Claudio, me daba por satisfecho.

10 - ¿Cuál crees que es la clave para hacer que un recital poético sea atrayente (Música durante la recitación o entre poemas, cantidad de poemas a leer, número de presentadores o lectores, temporalización, cualquier otro complemento)?
     Yo lo tengo claro, pero es algo subjetivo. Como soy nefasto recitando poemas, pero sé por otra parte que soy muy didáctico, lo que hago es convertir mis recitales en clases de poesía. Leo mis poemas y luego los explico y de esta forma consigo, creo yo, captar la atención del público. En otros ambientes, en bares o en micros-abiertos, no me siento a gusto, pues sé que no se me oye bien y, por tanto, no se me entiende. Es importante conocer las virtudes de cada uno y obrar en consecuencia.

11 – La famosa pregunta de escribir para uno mismo y/o para los demás.
     Creo que es importante escribir para uno mismo, resolver en primera persona el reto poético que se va a proponer al lector. Además, como ya dije en una ocasión, los poetas (al menos los que no formamos parte del canon) tenemos solo lo que yo he denominado como «lectores potenciales». Puede que nos lean o puede que no. Por tanto, si escribimos, lo hacemos de cara al futuro y sin saber muy bien si nos van a leer...

12 – Si te apetece, hazte tú mismo/a esta pregunta final y contéstala (por supuesto).
¿Qué opino del auge que está teniendo últimamente el aforismo poético?
     Todo lo que nos rodea es susceptible de ser convertido en poesía, por lo que estoy muy a favor de experimentar, de romper barreras y de relacionar unas disciplinas con otras. Precisamente, en septiembre de este año verá la luz un libro que hemos escrito al alimón el poeta valenciano José Antonio Olmedo López-Amor y yo y donde nos planteamos la posibilidad de combinar el aforismo clásico y certero con otras variantes de la poesía, principalmente la breve. Es un trabajo del que estoy muy orgulloso.

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