domingo, 25 de marzo de 2018

Lo que opina Santiago López Navia

Podéis saber más sobre la obra de Santiago A. López Navia en estas direcciones:



1 - ¿Cómo definirías tu poesía? ¿En qué proporción su temática y estilo surgen espontáneamente o son provocados?
Siempre he dicho que entiendo mi poesía como un ejercicio consciente de inteligibilidad y de cordialidad. Creo que la poesía debe ser comprensible y para ello conviene renunciar a cualquier alarde estrictamente formal que aleje al lector del poema, y creo también que la poesía debe buscar de la mejor manera la adhesión emocional del lector.
Quizá convenga diferenciar entre espontaneidad y naturalidad. No creo que la creación poética sea una manifestación espontánea, porque el lenguaje poético es connaturalmente elaborado incluso (tal vez especialmente) cuando parece sencillo. Por lo que a mí respecta, la poesía siempre es una respuesta a un estímulo intenso que suscita la necesidad de la respuesta creativa, y la respuesta no siempre es inmediata, porque hay que entender y procesar el estímulo para que la respuesta sea adecuada.

2 -  Así como los pintores de larga trayectoria se dice que pintan siempre el mismo cuadro ¿Crees que el poeta que escribe habitualmente está elaborando siempre el mismo poema? ¿Cuál es tu caso?
Es comprensible que en una obra poética se manifiesten elementos recurrentes que guardan una relación directa con las preocupaciones, las expectativas y las experiencias del poeta. Creo que hay momentos creativos que pueden orientar ciclos temáticos claramente definidos, y también creo que hay motivos literarios que emergen en tiempos diferentes, incluso distantes entre sí, pero el crecimiento y las circunstancias del poeta aspiran a transferirse en una mayor amplitud tanto en los registros como en los temas. Ese es mi caso.

3 - ¿En qué modo crees que tu poesía sirve o puede servir como terapia para tus lectores o para ti mismo/a?
Sería muy hermoso pensar que mi poesía puede servir para que mis lectores sientan adhesión estética y cordial y que yo soy capaz de mover e incluso remover algo profundo en ellos, pero presumir que es así sería pretencioso. Creo en conciencia que el poeta debe resistirse a actuar como un iluminado.  A veces me ha escrito algún lector para hacerme partícipe de los sentimientos que he sido capaz de despertar en él, y es muy grato saberlo. También, en algunos recitales, he podido constatar la emoción sincera que mis poemas han despertado en algún miembro del público, y siempre he dicho que ese es el mejor regalo al que un poeta puede aspirar.  Lo que tengo claro es que la creación poética tiene un efecto curativo en mi espíritu, porque sirve para compartir tensiones y para conjurar algún que otro demonio.  Lo que se transforma en palabras corre menos riesgo de enquistarse.

4 - ¿En qué modo el/la poeta debe, o no, tender a elaborar una poesía de la totalidad?
Creo que basta con que todo poeta aspire a elaborar la poesía de su propia totalidad, y eso ya es complejo y ambicioso, porque lleva toda una vida y no estoy seguro de que se consiga en todos los casos, o al menos de que se consiga fácilmente. Hasta ahora yo soy humildemente consciente de que al menos he intentado rendir cuenta poética de mi parcialidad, entendida como constatación de mi contingencia. No sé hasta qué punto es posible e incluso deseable abarcar la totalidad en la creación poética. El mundo es demasiado grande, y en el fondo el poeta es tan insignificante como cualquier otro mortal. Su única ventaja, quizá, es que quiere y sabe expresarlo.

5 - Musicalidad (con o sin rima), contenido, lenguaje poético: ¿de cuál de estos tres pilares podría deshacerse un poema e incluso así, seguir teniendo calidad?
No creo que pueda haber un poema aceptable sin que se combinen esos tres ingredientes de forma proporcionada. Un poema formalmente perfecto desde el punto de vista retórico y rítmico no es un poema acabado si no dice nada. En alguna ocasión he escrito que un poema debe ser un poema, y no parecer un poema. No faltan poemas consistentes en la combinación audaz y un punto desajustada de palabras que el poeta sabe extrañas previendo que esa combinación puede producir un efecto poético, pero al final el mensaje acababa muchas veces siendo algo parecido a un arcano. Parece poesía, pero no es poesía. Por la misma razón, una intuición poderosa se queda en nada si el poeta descuida la forma y el ritmo. El poema se cincela con todas las herramientas y con todos los materiales.

6 - ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo, corto? ¿Es el paradigma del buen poema, conseguir delegar en el lector el mayor peso posible, a la hora de interpretarlo?
Para escribir un poema sencillo hay que trabajar mucho. La sencillez es el resultado de un importante esfuerzo creativo, y yo estoy convencido de la pertinencia de ese esfuerzo. Por otra parte, en esa misma proporción a la que antes me refería debe entenderse la extensión del poema. No es fácil mantener la tensión en un poema excesivamente largo, y lograrlo es una muestra clara de dominio. Personalmente prefiero poemas de extensión moderada, aunque he escrito algunos poemas largos y mi Silente es en realidad un largo poema expresado en fragmentos más bien breves (en algún caso de dos versos).
En cuanto a la segunda pregunta, prefiero entender la interpretación del poema por parte del lector más como una invitación o un regalo que como un peso, aunque entiendo el sentido que tiene esta palabra en el contexto de la pregunta. En ocasiones la interpretación sí puede convertirse en un peso –entendido ahora en una acepción negativa– si la factura del poema es oscura, y creo que ya he insistido suficientemente en las inconveniencias que esto representa.

7 - ¿Favorece a la poesía actual la gran variedad de temáticas y la ausencia de monolitos generacionales como los del 89 o 27?
Considero que la poesía actual, y más concretamente la poesía española, vive un momento muy atractivo y fecundo por la pluralidad de sus voces tanto en el sentido temático y formal como por la convivencia de poetas de edades, orientaciones y experiencias diferentes. Por lo demás, las etiquetas generacionales son una convención a la que la poesía se somete con el paso del tiempo a la luz de la investigación filológica o la crítica especializada. No faltará quien dentro de unos años se sienta capacitado para validar algún monolito generacional en la poesía de nuestros días.

8 - ¿En qué proporción el/la poeta deben vivir, más que escribir, o viceversa, para alcanzar un nivel elevado de calidad y honestidad en su creación?
Es difícil –suponiendo que sea posibleescribir sobre lo que no se vive, sobre lo que no se siente o sobre lo que no se entiende, aunque los alardes retóricos y la audacia de los creadores sorprenden a veces. El poeta debe vivir con la consciencia del observador, y muchas veces con el compromiso del testigo, y además de vivir debe leer mucho, entre otras cosas la poesía de los demás, y debe hacerlo con atención y enorme respeto. Tampoco creo que sea posible escribir constantemente. Veo poetas que escriben poesía todos los días, e incluso más de un poema a diario. Yo no puedo hacer una cosa así. Vivo lo que vivo, siento lo que siento y expreso lo que expreso con el mayor grado de honradez que puedo exigirme, y escribo cuando esta exigencia se transforma en un estímulo que requiere una respuesta poética. Según las circunstancias, esto sucede a veces de forma continua durante una temporada y otras de forma esporádica.

9 - Cuando creas poemas, ¿en qué medida lo haces con afán pedagógico?
Hay una parte de mi poesía animada por una intención indisimuladamente ética. Esto es evidente sobre todo en Ética y retórica a Jacobo Sadness y en Arte nuevo. En esos libros pretendo sobre todo justificar ante mí mismo mis anclajes éticos, y no es casual que su estrategia poética consista en un desdoblamiento en el que yo mismo encarno la segunda persona a la que se dirige el mensaje. La intención de estos libros y de otros poemas que tienen un registro parecido en otros poemarios que he escrito no es hacer pedagogía, sino manifestar el mayor equilibrio posible entre mi poesía y mi cosmovisión. Otra cosa es que esto pueda resultar edificante para el lector, pero si es así no se deberá a mi pretensión de ejemplaridad. Bastante tengo con edificar mi propia coherencia.

10 - ¿Cuál crees que es la clave para hacer que un recital poético sea atrayente (Música durante la recitación o entre poemas, cantidad de poemas a leer, número de presentadores o lectores, temporalización, cualquier otro complemento)?
Tengo claro que un recital debe ser un acto muy medido en el que jamás se abuse de la paciencia del receptor. Hasta ahora en mis recitales nunca he leído más de diez poemas, porque también me gusta compartir con los asistentes los aspectos propios de su composición, especialmente las causas y las circunstancias que motivaron su escritura. Me gusta mucho, cuando puedo, leer con música, cuidando que el fondo musical no surta un efecto distractor y refuerce el protagonismo de la palabra. En el ámbito universitario he organizado muchos recitales de textos propios y ajenos en los que la música ha desempeñado un importante papel, y mi antología poética Vivir es llegar tarde a todas partes se complementa con un disco con diez poemas recitados por otros tantos miembros del grupo Paréntesis con un fondo musical muy aquilatado y ajustado al tono de cada poema. Dos de mis libros publicados en La Discreta (Canción de ausencia rota de mi señor Silente y Canciones de Navidad del País de Nunca Jamás) han sido convertidos en espectáculos literarios y musicales gracias al buen hacer de La Troupe de Trapo, la sección musical de La Discreta Academia, y en esos recitales algunos de mis poemas se han transformado en canciones gracias al arte y la generosidad de compositores de la talla de Pedro Mariné o cantautores tan significativos como José María Alfaya, Mónica Yebra o Ruth Hidalgo.

11 – La famosa pregunta de escribir para uno mismo y/o para los demás.
Todo poeta se escribe a sí mismo cuando escribe, pero si uno publica sus poemas escribe para los demás. Quien escribe para sí mismo guarda sus poemas en la más celosa de las intimidades y no los comparte.

12 – Si te apetece, hazte tú mismo/a esta pregunta final y contéstala (por supuesto).
Creo que la entrevista es muy completa y muy sabia y no cabe añadir mucho. Quiero aprovechar este último espacio libre para agradecer tu atención y tu permanente compromiso con la poesía y para decir que echo en falta en tu blog tus respuestas a estas preguntas. Como lector que admira tu poesía quedo atento a ellas.

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