miércoles, 16 de octubre de 2019

Lo que opina Jesús Jiménez Reinaldo

Aquí tenéis las contestaciones de Jesús Jiménez Reinaldo a nuestra encuesta sobre el modo de hacer y sentir la poesía. También podéis ver algo más sobre la actividad poética de este autor, pinchando en estas entradas:



1 - ¿Cómo definirías tu poesía? ¿En qué proporción su temática y estilo surgen espontáneamente o son provocados?
        La definiría como la de un lector que ha frecuentado desde clásicos como Garcilaso de la Vega, Jorge Manrique o Luis de Góngora, hasta otros autores más modernos y no por ellos menos clásicos como Federico García Lorca, Jaime Gil de Biedma, Pere Gimferrer, Vicente Huidobro o T. S. Eliot. De todos ellos he aprendido a valorar la importancia del ritmo en la poesía y la necesidad de encontrar un aliento propio, que se asienta en la respiración. La temática y el estilo, por tanto, deben acomodarse a ese ritmo interior, a ese hálito, que es espíritu y verbo.

2 - Así como los pintores de larga trayectoria se dice que pintan siempre el mismo cuadro ¿Crees que el poeta que escribe habitualmente está elaborando siempre el mismo poema? ¿Cuál es tu caso?
        En mi caso, no. He huido voluntariamente de esa repetición siempre, dejando de escribir cuando ha sido preciso, incluso durante años. No entiendo la creación sin riesgo. He tratado de adaptar mi escritura a todos los cambios físicos y emocionales que he sufrido y disfrutado en la vida, lo que en muchos casos ha supuesto modificaciones incluso en el modo de respirar o de sentir. Creo que mi poesía, como mi vida, es proceso de un cambio continuo.

3 - ¿En qué modo crees que tu poesía sirve o puede servir como terapia para tus lectores o para ti mismo/a?
        No creo en la poesía como terapia, sí como emoción y pensamiento. No le busco utilidad ninguna; la que pudiera tener, sin embargo, siempre será bienvenida, aunque no haya sido buscada. Ciertamente, y según en qué momentos, cualquier producto de comunicación humana (cine, teatro, música…) puede tener un valor terapéutico, pero prefiero valorar toda experiencia en cuanto produce conocimiento y reflexión.

4 - ¿En qué modo el/la poeta debe, o no, tender a elaborar una poesía de la totalidad?
        Un poema en sí mismo es una totalidad. Un libro en sí mismo es una totalidad. Una obra en sí misma es una totalidad.

5 - Musicalidad (con o sin rima), contenido, lenguaje poético: ¿de cuál de estos tres pilares podría deshacerse un poema e incluso así, seguir teniendo calidad?
        De ninguno de ellos, en mi opinión. Todos son imprescindibles, aunque sea en mi caso el ritmo, acordando con el preclaro Octavio Paz en su ensayo “El arco y la lira”, el invitado especial a la fiesta de la palabra.

6 - ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo, corto? ¿Es el paradigma del buen poema, conseguir delegar en el lector el mayor peso posible, a la hora de interpretarlo?
         Me encantan los poemas largos. Me gusta hacerlos y me gusta leerlos. Narrativos, épicos, descriptivos, teatrales, crípticos, surrealistas, existencialistas o creacionistas, presentan un cosmos absoluto y total cuando están conseguidos, en los que el lector puede sentir de un modo similar al que lo hizo el autor. Estoy pensando en “La tierra baldía” de Eliot, en “La balada del viejo marinero” de Coleridge, en las “Soledades” de Góngora, en el “Altazor” de Huidobro… También en las “Coplas a la muerte de su padre” de Jorge Manrique o en el “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías” de García Lorca, por ejemplo.

7 - ¿Favorece a la poesía actual la gran variedad de temáticas y la ausencia de monolitos generacionales como los del 98 o 27?
        Sí, porque poco a poco hemos perdido los corsés de la poesía, tan rígidos hasta el siglo XIX, y lo hemos ganado en libertad. El poeta puede, y debe, escribir desde la integridad más absoluta, en temática y estilo, al margen de modas y mercados. Ya se encarga el negocio editorial, y sus administradores, de favorecer a unos pocos en detrimento de otros muchos, incluso por motivos en los que no prima la calidad, sino el dinero. En la actualidad se publica mucha poesía que no es que no tenga futuro, es que no tiene presente. La escritura también puede ser, y debe ser, una disidencia contra esa función utilitarista de las editoriales y sus dictados absurdos.

8 - ¿En qué proporción el/la poeta deben vivir, más que escribir, o viceversa, para alcanzar un nivel elevado de calidad y honestidad en su creación?
        La vida siempre en primer lugar, por encima de todo. La escritura, como la lectura, es una parte de la existencia, pero no puede sustituir en plenitud la experiencia real por una imaginaria. Cervantes tuvo una vida llena de avatares y su peripecia vital, con el desengañol sufrido por la pérdida de sus ideales renacentistas, la plasmó en muchas de sus obras en forma de viajes, de personajes y de ideas. Hasta el burgués Shakespeare tuvo una vida llena de claroscuros que lo convirtieron en el gigante del teatro que hoy es. Encerrado en una habitación de siete metros cuadrados es difícil describir la inmensidad del mar o del cielo nocturno.

9 - Cuando creas poemas, ¿en qué medida lo haces con afán pedagógico?
        En ninguna medida. La educación, en las aulas; en los versos, emoción, ritmo y pensamiento.

10 - ¿Cuál crees que es la clave para hacer que un recital poético sea atrayente (Música durante la recitación o entre poemas, cantidad de poemas a leer, número de presentadores o lectores, temporalización, cualquier otro complemento)?
        El interés del asistente es lo más importante. Se puede aprender del peor profesor, basta con tener abierto el espíritu hacia el otro, esa “otredad” de la que hablaba Octavio Paz. Como Juan Ramón Jiménez escribía, que la poesía llegue desnuda, desprovista de ropajes, que la dejen llegar. La cuestión pertinente es si realmente hay suficientes asistentes interesados.

11 – La famosa pregunta de escribir para uno mismo y/o para los demás.
        En esto me quedo con Alejandro Dumas y “Los tres mosqueteros”, que eran cuatro: “Todos para uno y uno para todos”. O con la famosa frase del cómico Publio Terencio Africano: “Nada humano me es ajeno”. Somos comunidad, somos una aspiración colectiva al conocimiento.

12 - Si te apetece, hazte a ti mismo una pregunta y contéstala.
        No haré la pregunta, pero daré la respuesta: la Poesía espera todavía la llegada de un mesías que entre en el templo y eche a los fariseos y mercaderes de su recinto sagrado. Mientras tanto, los hombres de bien seguimos sufriendo el tintineo de las monedas contra el suelo de mármol, la compraventa de premios entre las élites dominantes, la hipocresía, el sexo mercenario, la prevaricación, la corrupción, el estupro y los libros-salchicha.



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