sábado, 28 de abril de 2018

Lo que opina Itziar Mínguez

Podéis conocer más sobre la actividad poética de Itziar Mínguez en estas direcciones:

Itziar Mínguez en "Poetas vascos en castellano"   Tres poemas  de "Que viene el lobo"
Cuatro poemas escritos de su poemario "Qwerty"   Los poemarios de Itziar Mínguez



1 - ¿Cómo definirías tu poesía? ¿En qué proporción su temática y estilo surgen espontáneamente o son provocados?
Una poesía pegada a la realidad, al asfalto, que trata sobre lo cotidiano y dialoga con el lector, en una charla de tú a tú, en igualdad de condiciones, dejando espacio para que el lector complete el poema. En cuanto al método, hay un 50 por ciento de espontaneidad y otro tanto de cálculo. Hay que aplicar un poco de cabeza al impulso y un poco de impulso a lo racional. Busco un poema equilibrado, compensado.

2 - Así como los pintores de larga trayectoria se dice que pintan siempre el mismo cuadro ¿Crees que el poeta que escribe habitualmente está elaborando siempre el mismo poema? ¿Cuál es tu caso?
No creo que sea mi caso. En realidad puede que mi forma de recorrer el espacio poético sea más circular, me refiero a círculos concéntricos. El primer poema estaría en el centro, los demás van surgiendo alrededor, en espiral, abrigando ese principio e incluyendo a todos los demás. Ayer decía Manuel Rivas en una charla, que él no concibe sus libros como objetos separados. Comparto totalmente esa sensación. Cada libro contiene al anterior y es antesala de lo que vendrá. Todos los poemas conformarían un solo libro pero en ese camino, en ese recorrido, entran muchas variantes que hacen que el poema tome diferentes formas y se ocupe, también, de diferentes cuestiones.

3 - ¿En qué modo crees que tu poesía sirve o puede servir como terapia para tus lectores o para ti mismo/a?
El poema es un arma de doble filo en cuanto a terapia. Sin duda sirve para indagar en la herida e intentar cerrarla pero muchas veces en ese proceso el poema ejerce como bisturí afiladísimo que abre más la herida e incide en el dolor. En cualquier caso escribir es sanar. Y leer también es sanador. De hecho, una de los mejores obsequios que me ha hecho la poesía es que algunos lectores me hayan dicho que se sentían identificados o que un poema les había ayudado a entender un dolor, a curarlo.

4 - ¿En qué modo el/la poeta debe, o no, tender a elaborar una poesía de la totalidad?
En mi caso es una aspiración innegociable. Hablaba antes de ello, que cada poema integre todo lo anterior; de igual manera la poética debe tender a esa totalidad, a que de ese todo se desprenda una verdad que te define. Eso se va haciendo por capas. No puedes aspirar a todo desde el principio pero sí intentar que en ese recorrido cada vez haya más elementos que se añadan y te definan en todos los aspectos de tu vida.

5 - Musicalidad (con o sin rima), contenido, lenguaje poético: ¿de cuál de estos tres pilares podría deshacerse un poema e incluso así, seguir teniendo calidad?
Los tres son fundamentales. La musicalidad del poema -en mi caso sin rima ni métrica- es lo que le da color. Es muy importante que el poema suene bien. De hecho yo siempre parto de un sonido, no de una idea, cuando empiezo a escribir un poema. El contenido es el cuerpo del poema, el meollo, de lo que trata, la materia prima y a mí me gusta contar historias, también en los poemas. El lenguaje poético es lo que hace que el poema sea poema aunque no lo parezca. Su alma. Así que no puedo renunciar. A lo que renunciaría ya he renunciado, en realidad: la rima y la métrica. Optar por el verso libre ya implica una renuncia. Y un riesgo.

6 - ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo, corto? ¿Es el paradigma del buen poema, conseguir delegar en el lector el mayor peso posible, a la hora de interpretarlo?
Mis poemas, sobre todo en los últimos tiempos, son poemas cortos, directos, pero también he escrito y sigo escribiendo poemas de “largo aliento”. Lo importante de un poema, más que su extensión es la tensión, un poema tiene que tener misterio. Y es ahí donde entra el lector que es, al final, quien desvela esa intriga y la resuelve con su lectura.

7 - ¿Favorece a la poesía actual la gran variedad de temáticas y la ausencia de monolitos generacionales como los del 89 o 27?
Estamos en una época de individualismo poético que sólo el tiempo podrá juzgar en qué medida ha aportado algo o todo lo contrario. No hay grupos generacionales, aunque sí ha habido distintos tipos de poesía: realismo sucio, poesía de la experiencia, línea clara, poesía twittera, etc. Más que grupos de personas se nos clasifica por el tipo de poesía que escribimos según esté adscrita a una u otra corriente. Yo no me siento parte de ningún grupo. En cada momento escribo la poesía que me representa o que puede ayudarme mejor a reflejar lo que siento en cada momento. Sólo concibo el poema en términos de verdad. El poema o es verdad o no es poema.

8 - ¿En qué proporción el/la poeta deben vivir, más que escribir, o viceversa, para alcanzar un nivel elevado de calidad y honestidad en su creación?
El otro día, en un encuentro con chicas y chicos de segundo de bachillerato, dije: “si no empleas tiempo en vivir no tendrás nada que escribir”. Un par de días después, ellos mismos habían transcrito ese mensaje y lo habían colocado en la pared de la carpa central de la feria. Creo que con eso te he respondido. Vida y escritura van ligadas. A veces se excluyen, otras se complementan, otras son una consecuencia de la otra pero lo que sí creo es que van indisolublemente unidas.

9 - Cuando creas poemas, ¿en qué medida lo haces con afán pedagógico?
Nunca. No hay afán en el poema. Ni pedagógico ni de ningún otro tipo. Escribo lo que siento, lo que vivo, sin saber si eso puede o no ser pedagógico. El poema es un fin en sí mismo. Y, en mi caso, sólo responde a una meta: la verdad. No se puede mentir en el poema, no se puede mentir al lector. Con eso me basta.

10 - ¿Cuál crees que es la clave para hacer que un recital poético sea atrayente (Música durante la recitación o entre poemas, cantidad de poemas a leer, número de presentadores o lectores, temporalización, cualquier otro complemento)?
Los caminos de los recitales son inescrutables. Lo primero: que no coincida con un partido de fútbol. Para mí es fundamental preparar el acto. No ponerte delante de un micro e improvisar, cada recital tiene un tipo de público y cada público necesita un tipo de poesía diferente. No hay que pasarse con el tiempo. Hay gente que coge el micro y no lo suelta. No querer demostrar todo lo que sabes hacer en unos minutos, elegir, seleccionar. Música mientras se recita: no, gracias. Entre poema y poema tal vez pero yo no entiendo mucho esa “manía” de creer que música y poesía combinan bien. Si hay música y poesía tiene que estar bien preparado, que dialoguen ambos lenguajes de forma natural y que el objetivo sea ese diálogo, esa conjunción, el resultado de unir ambas cosas pero de forma calculada. Yo escucho la palabra “interdisciplinar” y tiemblo. Unir disciplinas porque sí, tratar de fusionar, de meter ingredientes en una coctelera y agitar para ver quién es más original me parece una falta de respeto. Si dos disciplinas dialogan tiene que ser con un nexo común desde el que construir algo que verdaderamente tenga sentido.

11 – La famosa pregunta de escribir para uno mismo y/o para los demás.
Cuando escribes para ti mismo y publicas ya escribes para los demás. Por definición. Pero el acto de escribir ha de seguir siendo algo íntimo, callado, una confesión, como si creyeras que nunca te van a descubrir. Esa es mi forma de darlo todo.

12 – Si te apetece, hazte tú mismo/a esta pregunta final y contéstala (por supuesto).
¿Merece la pena el esfuerzo que supone escribir poesía en relación con el resultado?
Son muchas las veces que pienso que no. Escribir es un acto que supone un esfuerzo continuado. Se es poeta las 24 horas del día, incluso cuando no se escribe, sigues viendo el mundo con el “modo poético” en on. En poesía, la visibilidad es tan escasa -excepto si entras en cuestiones extrapoéticas para medrar- que muchas veces siento que no compensa. Llega a ser desalentador pero también es impresionante el modo en que con muy poco (que es mucho) ese pensamiento se invierte. El milagro siempre se produce del mismo modo. Un lector. Alguien que te lee y de quien no sabes nada, alguien que tampoco sabe nada de ti y de repente te traslada la emoción que ha sentido al leerte. Ahí estalla todo. Es un big bang. Empieza todo de nuevo, las piezas se colocan, cojo el bic verde y me pongo a escribir el siguiente poema.









1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la entrevista y todavía más la poesía de Itziar Mínguez.

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